Encabezamiento Vicente Romero
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INFORME SEMANAL


REPORTAJE

201. "EL barrio de los leprosos". 15/4/2006. Duración: 8 min.


MUJERES LEPROSAS PIDIENDO LIMOSNA

Un grupo de mujeres leprosas pide limosna en las puertas de un banco, en un rincón urbano de Níger, el país más pobre del mundo. Las enfermas tienden sus manos mutiladas, esperando que alguien les arroje una moneda, casi sin atreverse a mirarlas. Parece una estampa del pasado, pero esta escena todavía se repite en el barrio de Kará Kará, en la ciudad de Zinder.

Título: “EL BARRIO DE LOS LEPROSOS ”

BARRIO DE KARÁ KARÁ

Kará Kará significa ‘caña de mijo’, el material con que se construyeron las primeras chozas en uno de los rincones malditos de África: un lugar reservado a los impuros que sufren un mal considerado como una maldición divina, en el que viven más de 300 familias de leprosos.

GRUPO DE ANCIANOS CON UNA MONJA

Todos los días, junto al dispensario de las misioneras de la Asunción, se forma un corro de ancianos, mutilados por la enfermedad. Hace ya casi 30 años que reciben los cuidados de las monjas españolas, que se afincaron en su barrio para trabajar y han acabado por transformarlo.

DOLORES ASTORGA (misionera de la Asunción)

Este grupo que hay aquí están esperando desde por la mañana, hoy. Pero normalmente vienen a curarse por la mañana y después se van a sus ocupaciones. Algunos que están aquí la enfermedad la tienen desde hace 40 años. Dice que tiene 80 años. Está ciego. Es una de las complicaciones de la lepra. El cristalino, que se vuelve opaco.

IMÁGENES DE LOS ANCIANOS.

La lepra los deformó lentamente: sin dedos, sus manos y pies se han convertido en muñones, y muchos incluso han perdido la vista. Ya lo único que la Medicina puede hacer por ellos es evitarles un mayor deterioro.

CURA DE UN PIE EN EL DISPENSARIO.DOLORES ASTORGA (misionera de la Asunción)

Tenemos un pie con una perforación, que son complicaciones de la lepra. La herida se va agravando poco a poco y el paciente no se da cuenta, porque ya no tiene sensibilidad en esta parte del pie. Estos son los casos antiguos, que no tenían cura. Hoy en día esto ya no se puede dar.

ATENCION MEDICA A MUJERES CON NIÑOS

El ambulatorio de la Asunción no tardó en extender sus cuidados médicos, asistiendo sobre todo a embarazadas y niños de corta edad, la mayoría afectada por la desnutrición y sus consecuencias.

DOLORES ASTORGA (misionera de la Asunción)

En el dispensario hay todos los días muchos enfermos; pasan de 100 las consultas, pueden ser de 110, 120. El tipo de enfermedades depende del momento del año. En este momento hay bastante paludismo y bronquitis. Y sobre todo, como especialidad de la lepra, muchas dermatosis.

ISABEL INFANTES (misionera de la Asunción)

Muchas personas no pueden llegar a curarse, porque no tienen dinero. Todo hay que pagarlo. La salud es muy importante. Pero, claro, cuando no hay medios, pues esperan hasta que no se puede más. Consecuencia, unos mueren y otros están malviviendo.

DOLORES HABLA CON ANCIANO EN LA CALLE

Las misioneras comprendieron que carecía de sentido cuidar la salud de los leprosos y sus familias sin combatir la marginación que sufrían. Y consiguieron que las autoridades les reconocieran la propiedad de sus domicilios, poniendo fin a su constante expulsión hacia la periferia urbana.

MUJER FABRICANDO ACEITE

También emprendieron diversas tareas de promoción social, sobre todo entre las mujeres. Y mediante la concesión de microcréditos estimularon tareas productivas, como la fabricación artesanal de aceite y manteca de cacahuete.

DOLORES ASTORGA (misionera de la Asunción)

Se les ha enseñado como trabajar con condiciones de higiene que puedan ser aceptadas por la sociedad, y ya son un grupo bastante grande de mujeres que pueden fabricar el aceite, y hacer otras ocupaciones de utilidad social.

TALLER MECÁNICO

Algunos pequeños empresarios de la ciudad han contribuido a quebrar los viejos prejuicios, aceptando como aprendices a hijos de leprosos. A falta de centros de formación profesional, estos talleres les enseñan un oficio que les permitirá escapar a la maldición de la enfermedad.

APRENDIZ

La lepra significa muchas otras cosas malas. La gente no se quiere acercar a la familia de los enfermos, porque temen contagiarse. Nos rechazan porque nos tienen miedo. Tampoco quieren comer cerca de nosotros, ni compartir el mismo plato. Siempre se apartan de nosotros, y eso es algo que nos duele en el corazón.

PROPIETARIO DEL TALLER

Un hombre sin trabajo, verdaderamente, hoy no es nada. Estos chicos han venido aquí a aprender, gracias a las monjas, y yo estoy muy contento con ellos. La formación que están recibiendo les permitirá hacerse un porvenir, cuando tengan que valerse por sí mismos, les servirá para tener vivienda, alimentarse, y vestirse.
-- Usted sabe que son familiares de enfermos de lepra...
-- Sí, estoy al corriente. Por ejemplo, el padre de aquel es un leproso y está ciego. Pero hoy en día no hay que tener miedo de esa enfermedad. Mire cómo está la hermana que trabaja todo el día con ellos...

CASA DE LA FAMILIA DEL APRENDIZ

El padre del aprendiz vive entre los apestados de Kará Kará. A sus 78 años, necesita valerse de su hijo menor como lazarillo. Pero explica, con satisfacción, que no transmitió la enfermedad a ninguno de los miembros de su numerosa familia.

ANCIANO CIEGO

La lepra me trajo a este barrio hace 25 años. Aquí conocí a mi mujer, aquí tuvimos doce hijos, y aquí moriré, en esta casa que las misioneras me ayudaron a construir, sobre la tierra que me concedieron las autoridades.

VISITA A CASA DE UN JOVEN LEPROSO

Aunque la situación haya mejorado, la enfermedad no ha sido erradicada. Y al antiguo barrio de los leprosos de Zinder continúan llegando nuevos inquilinos --asustados y desamparados-- desde distintos rincones del país.

DOLORES ASTORGA (misionera de la Asunción)

Ha venido de lejos. Ha tenido ya una primera medicación que no siguió hasta el final y ahora le vuelve la enfermedad con más fuerza. Tiene 18 años. Aquí estaba con el grupo de los que estudian el Corán. Pero lo han dejado solo en la habitación, y se queda solo en la habitación. Los vecinos le traen la comida. Nosotras también le damos de lo que tenemos para la nutrición...

ESCUELA INFANTIL

El futuro del barrio se labra en dos aulas creadas por la misión. La primera, en una simple choza de kará kará, acoge a los párvulos. La segunda, ya de cemento, está destinada a los alumnos mayores.

Educar aquí es, sobre todo, una forma de vacunar a los niños contra los estigmas sociales de la lepra, e impedir que esta enfermedad medieval continúe produciendo marginación. Bastantes dificultades habrán de afrontar ya estas criaturas, creciendo en un rincón del mundo condenado a las privaciones y la miseria.

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Un reportaje de:
VICENTE ROMERO
OUTI SAARINEN

Imagen y sonido:
ALEJANDRO COVES
CARLOS DÍAS OLIVÁN

Montaje de vídeo:
JULIÁN LLORENTE
 

 
 
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Última actualización:
07-Aug-2006
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