REPORTAJE
182.
"La cárcel del fin del mundo". 24/1/2004.
Duración: 16min.
Un
reportaje de: VICENTE ROMERO y OUTI SAARINEN.
Imagen y sonido: JESUS MATA y FERNANDO GARCIA BRIOLES.
Montaje vídeo: ALEJANDRO CID
IMAGENES DEL INTERIOR DEL PENAL DE SAN PEDRO, EN LA
PAZ (BOLIVIA).
La pobreza estructural que sufre Bolivia ha convertido
a sus cárceles en escenarios dignos del realismo
mágico latinoamericano. Como el penal de San
Pedro, autogestionado por los presos mientras la policía
se mantiene al otro lado de las rejas. Construido en
1895 en el corazón de la ciudad de La Paz, en
él se hacinan más de un millar de reclusos,
con los que viven docenas de niños, sufriendo
el olvido de un gobierno que se desentiende de ellos.
JUAN CARLOS PINTO QUINTANILLA ENTRA EN EL PENAL. SALUDA
A ROMERO Y CRUZAN LAS REJAS.
Juan Carlos Pinto Quintanilla pasó cinco años
internado en San Pedro, acusado de una docena de delitos
políticos que nunca fueron probados. Convertido
en responsable de la Pastoral Penitenciaria católica,
visita la cárcel donde este sábado le
espera un equipo de Informe Semanal.
JUAN CARLOS PINTO QUINTANILLA
Esta sección es una de las que tiene gente con
algún recurso que ha podido quedarse acá,
porque los precios de estadía son bastante fuertes
en relación al resto del penal.
SALA DE BILLARES EN EL PENAL.
Contar con una sala de billares supone un privilegio
para los más ricos entre los pobres, que habitan
este rincón del presidio donde --sin horarios
ni trabajo-- se puede holgar todo el día.
UN PRESO HACE GIMNASIA. CELDAS DE CARTON.
PASILLOS DE SIBERIA. INTERIOR DE CELDAS.
En un extremo de la galería se levantan unos
pequeños tugurios de cartón, destinados
a los presos que limpian el local. Guido, de 16 años,
es uno de ellos. Está contento porque ha escapado
de los corredores que llaman Siberia, en la zona más
siniestra del penal. Basta con asomarse a sus celdas
para respirar la amargura de los prisioneros.
VIEJO ARTESANO
Mi mujer me ha hecho meter aquí. Ahora mi mujer
con otro hombre, se ha ido con otro. A mí me
ha metido y estoy sufriendo acá.
ANUNCIO DE VENTA DE UNA CELDA.
OFICINA DE COMPRAVENTA DE CELDAS.
Todas las celdas de San Pedro son objetos de compraventa
entre los reclusos. Estas peculiares transacciones inmobiliarias
son registradas por un preso elegido como notario por
sus compañeros.
JUAN CARLOS PINTO QUINTANILLA
Los presos que se van en libertad venden a otros presos
su celda. Pero para ser legal ante esta administración
interna de los prisioneros tienen que pagar sus impuestos.
Este impuesto en cada sección sirve para el mantenimiento
de esa sección, desde el pintado, desde tener
una televisión, desde contar con baños
un poco más adecuados son todos esos recursos.
VICENTE ROMERO
¿Cuánto vale una celda?
JUAN CARLOS PINTO QUINTANILLA
Vale 100 dólares, hasta 100 bolivianos, de acuerdo
a donde está situada;
en las secciones que tienen mas privilegios y más
comodidades, las celdas suelen llegar a valer hasta
500 dólares.
NIÑOS CON SUS PADRES EN CELDAS. PISCINA.
Lo que más choca al visitante son los enjambres
de niños, que juegan y corren por todas las galerías.
Aunque muchos están de visita, la mayoría
viven en la cárcel con sus padres. Salen para
ir al colegio y vuelven a dormir. Los críos invaden
incluso la piscina que construyeron los evangelistas,
para bautizar a sus conversos.
VICENTE ROMERO HABLA CON UN PRESO.
VICENTE ROMERO
¿Cree usted que es bueno que los niños
crezcan dentro del penal?
PRESO CON NIÑO EN BRAZOS
No, no es bueno. Pero qué podemos hacer si la
situación es tan crítica. No puede tenerlos
mi esposa fuera. Porque lo que ella gana tampoco alcanza
para mantenerlo afuera.
VICENTE ROMERO
Cuanto tiempo lleva usted aquí dentro?
PRESO CON NIÑO EN BRAZOS
Ocho años.
VICENTE ROMERO
¿Y este es su hijo pequeño?
PRESO CON NIÑO EN BRAZOS
Sí, el último, el más menor.
VICENTE ROMERO
¿Y como puede usted tener un hijo tan pequeño
llevando ocho años en la cárcel?
PRESO CON NIÑO EN BRAZOS
Pero qué vamos a hacer... porque viene la visita,
viene mi esposa de visita, y entonces pasa no más
esto.
PINTO QUINTANILLA ENTRA EN LA CAPILLA.
JUAN CARLOS PINTO QUINTANILLA
Antes existían en La Paz 7 abogados de oficio
que atendían a más de 3.000 prisioneros.
Hoy hay cerca de 27 defensores públicos que atienden
en todo el departamento de La Paz, incluida la ciudad
y las provincias, sin embargo cada abogado de la defensa
pública lleva entre 100 y 120 casos.
PRESOS CON ABOGADOS EN LA IGLESIA.
En la capilla, los reclusos guardan turno para ser escuchados
por los abogados de oficio. Saben que se enfrentan a
un sistema de justicia lento y corrupto, cuyos jueces
se designan a dedo. Y que no podrán obtener la
libertad provisional porque son campesinos y no disponen
del preceptivo domicilio en la ciudad.
ABOGADO
Normalmente los casos que están a mi cargo son
procesos relacionados con la ley 1.008, valga decir
que tráfico de sustancias controladas, transporte
de sustancias controladas y delitos relacionados con
el ámbito del narcotráfico.
SACRISTAN VA DEL ALTAR AL INTERIOR.
El mismo preso que hace de sacristán se ocupa
también de una pequeña farmacia, mantenida
gracias a las donaciones de Cáritas.
SACRISTAN
Hay también accesorios para el médico,
para que pueda ver el oído, que también
le prestamos al médico, en realidad hay variedad...
VICENTE ROMERO
¿Pero el médico no trae su propio instrumental?
SACRISTAN
No, porque no le da el gobierno.
VICENTE ROMERO
O sea el médico no dispone...
SACRISTAN
Aquí solamente el instrumental es limitado. Puede
tener unas tijeritas. Inclusive damos nosotros los bisturíes.
El padre trae los bisturíes. Ahora el régimen
penitenciario debería haber dado todo eso, ¿no?
Pero aquí es limitado. Si ustedes visitan la
sanidad van a ver esto un poco. No hay el instrumental.
Y si no hay instrumental pues peor, no hay medicamentos.
Y con esto se trata de abastecer a los presos
VICENTE ROMERO
¿Los medicamentos y el instrumental del médico
los tiene que dar la iglesia?
SACRISTAN
No necesariamente, no por obligación. Pero si
tenemos podemos cooperar. Como esto, ¿no? Esto
es para la vista. Para ver la inflamación de
la vista. Prestamos pero prestamos un momento. Porque
una vez hemos prestado a un médico. Y el médico
era un preso. Se ha ido en libertad y con todo el instrumental.
COCINAS. RANCHO. RESTAURANTES. PANADERIA.
Entretanto en las cocinas quienes purgan su condena
entre pucheros se esfuerzan en hacer milagros con lo
poco que el Estado aporta para alimentar a sus prisioneros.
Los que no se conformen con el escaso rancho recurrirán
a alguno de los restaurantes que ofrecen menús
al alcance de todos los bolsillos. O comprarán
unas empanadas recién salidas del horno instalado
en una de las celdas.
‘TAXISTA’ VOCEANDO POR LAS GALERÍAS.
Constantemente, los denominados taxistas recorren el
penal voceando nombres para dar recados. Su trabajo
es uno de los más apreciados y se reserva a quienes
llevan más de dos años sin recibir visitas.
TAXISTA
Somos varios taxis, somos cosa de 32 a 37 taxis que
hacemos el servicio a todo el penal.
VICENTE ROMERO
¿Alguien os autoriza para hacer de taxis?
TAXISTA
Correcto. Tenemos un delegado de taxis, que es Miguel.
El nos da dos horas a cada taxi en la puerta para que
no molestemos a las visitas.
AULAS CERRADAS PELUQUERÍA. FOTOGRAFO.
Las aulas de la universidad carcelaria están
de vacaciones, a diferencia de docenas de pequeños
negocios que nunca cierran. Como las peluquerías,
o los estudios fotográficos. Porque entre estos
muros se ejercen oficios de todas clases, e incluso
se han creado gremios siguiendo la tradición
sindicalista boliviana.
PRESIDENTE GREMIO HOJALATEROS
Tenemos once asociaciones acá dentro: asociación
de zapatería, de trabajo en cuero, carteras,
benesta, porcelana fría, luego tenemos los lavanderos,
los taxis que trabajan... tenemos once asociaciones,
como también el que vende en tiendas, el que
hace almuerzos, en las pensiones, todos trabajamos,
señor. Nosotros lo que hacemos es para mantener
a nuestras familias. De aquí mantenemos a nuestras
esposas, nuestros hijos que estudian y trabajan también,
para eso es que nosotros trabajamos.
JUAN CARLOS PINTO QUINTANILLA
Este es uno de los pocos espacios con los que cuenta
el Estado para dar trabajo en este penal. Solo 13 personas
pueden trabajar en este espacio tan reducido. Ahora
tienen muchas dificultades, sobre todo el hecho de que
trabajar acá significa comercializar afuera.
Y esto es un gran problema porque necesitan de sus propios
familiares, porque el estado tampoco colabora en comercialización
de este material que ellos trabajan acá.
CARPINTERO SEGUNDO
Nadie nos toma en cuenta. Somos así como animales
aislados, como muertos vivientes. Encerrados. Esto parece
un cementerio de vivos, porque nadie se acuerda de nosotros.
Pedimos algo, exigimos algo, reclamamos algo y se hacen
de los oídos sordos. Al gobierno no le importa
nada, le vale así. Y si nosotros morimos aquí,
podemos morir no más.
PARTIDO DE FÚTBOL.
En uno de los patios del penal, convertido en cancha
de fútbol sala, se juega un partido tras otro,
disputándose hasta cinco campeonatos anuales,
con un afán que obedece a motivaciones extradeportivas.
VICENTE ROMERO
Se redime pena jugando al fútbol?
OSCAR ARANO (presidente Liga Deportiva)
Exacto. Pero solo le computan dos horas. Porque en la
redención de penas generalmente la redención
de pena ahorita estamos con ese sistema del dos por
uno, que de cada dos días de cárcel te
dan uno siempre y cuando trabajes o estudies, y nosotros
hemos logrado conseguir que nos den dos horas. Y cada
sección arma sus equipos y a los jugadores interesados
les dan celda, les dan sus privilegios, es un problema
de cada sección. Y ese es el único privilegio
que tienen.
VICENTE ROMERO
¿Hay también fichajes de futbolistas de
otras secciones?
OSCAR ARANO (presidente Liga Deportiva)
Hay. Uno puede hacer compras. Se puede comprar el pase
de un jugador que haya llegado de Álamos; Pinos
puede ir y comprarlo.
FIN DEL PARTIDO Y ENTREGA DE TROFEOS.
Durante todo el día se celebra un torneo que
reúne a numeroso público recluso. Sin
embargo, en la sala de trofeos del equipo vencedor no
se habla de fútbol sino de política.
JEFE DEPORTIVO
Aquí están solamente los que son utilizados
por los grandes traficantes como sus cargadores, como
los pisacocas, como los que lo llevan, esos son los
que están presos aquí. Los traficantes
grandes no se les ve. Esos están un mes, dos
meses y rápido salen ellos. hay una desigualdad
en la justicia que la mayoría, como dicen aquí,
la cárcel es para los pobres. La libertad se
compra para los ricos, para los que pueden comprar la
libertad. Mientras que los pobres no pueden comprar
la libertad.
EXTERIOR DEL PENAL. ENTRADA A LA LLAMADA SECCION DE
RICOS.
La cárcel tiene una zona de lujo, a la que no
nos permitieron acceder. Con entrada por otra calle,
sus celdas --dotadas de aire acondicionado y algunas
hasta con jacuzzi-- albergan a los pocos delincuentes
millonarios que no han escapado a la justicia. Aquí
vive el presidente de los presos, el estafador Dante
Escobar que --tras una campaña electoral a base
de dinero-- reemplazó a Luis Amado Pacheco, un
narcotraficante que fue derrocado por un golpe de estado
carcelario.
CHAMIZO EN UN PASILLO DEL PENAL.
En contraste con las comodidades de los ricos, los presos
más pobres ni siquiera disponen de celda y duermen
al aire libre en patios o corredores.
PRESO ESPAÑOL PASEA CON OTRO.
En el penal hay dos presos españoles muy jóvenes.
Uno de ellos pretendió sacar un alijo de cocaína
hacia Miami el peor día del año: nada
menos que el primer aniversario del once de septiembre.
Nos pidió que ocultáramos su nombre y
velásemos su rostro para no avergonzar a su familia.
PRESO ESPAÑOL
Es imposible en España o en Europa encontrarse
una cárcel así. Porque quieras o no aquí
tienes una seguridad y tal, pero no es lo mismo. Te
levantas a las siete de la mañana, bueno a las
siete menos cuarto tengo una lista, pero una vez que
acaba la lista puedes hacer lo que quieras. Puedes ir
a dormir otra vez, puedes irte a tu celda, puedes hacer
lo que quieras.
PRESOS EN EL TEJADO. GENTE QUE ENTRA Y SALE.
En San Pedro el comercio de drogas es un secreto a voces
y salta a la vista en los rincones más inesperados.
Aquí la cocaína es más barata que
en la calle y muchos visitantes entran a comprarla sin
que los vigilantes hagan nada por impedirlo. En definitiva,
tras los muros del penal se reproducen todos los vicios
y contradicciones de la sociedad boliviana. Pero, pese
a la pobreza y al olvido que sufre, este presidio resulta
más humano que las bien dotadas cárceles
de alta seguridad de los países ricos.
JUAN CARLOS PINTO QUINTANILLA
Existe una deshumanización completa por parte
del Estado que ha olvidado sus responsabilidades importantes.
Es decir, acá el tema de la comida es de una
miseria absoluta, el tema de la salud depende de cada
uno o de los recursos que la organización tiene
y que siempre son muy pocos para atender ese tipo de
necesidades. Y el estado se contenta simplemente con
decir que no tiene recursos. Y ese no es un problema
no solo de fianzas, es un problema de mentalidad, de
ver a los presos como desechables. Es decir, no vale
la pena, por qué vamos a gastar parte de un recurso
que nos sirve para otras cosas cuando estos han hecho
mal a la sociedad y si se mueren mejor. Esto ha ocasionado
que los prisioneros se hagan cargo de esta situaciones,
buscando un nivel de autogestión. Y el estado
boliviano ha asumido eso digamos que de forma cómoda.
Es decir le es cómodo al estado simplemente resguardar
los cuatro puntos de este penal desde afuera y hacer
que los presos se hagan cargo de toda la administración.
VICENTE ROMERO
¿Pero eso hace que la cárcel sea más
humana?
JUAN CARLOS PINTO QUINTANILLA
Sin duda. Porque le dan un nivel de responsabilidad
importante al prisionero, cosa que una prisión
clásica se diluye. Es decir, lo hacen un menor
de edad incapaz de tomar responsabilidades, sujeto a
una disciplina que lo vuelve nada, que lo anula como
persona. Y después es escupido a la calle en
esa misma dimensión. Acá al menos existe
la posibilidad de asumir responsabilidades, que lo preparan
para asumir responsabilidades posteriores. Segundo,
el nivel de convivencia familiar. Existe una relación
paternal filial, de padres con los niños y con
la esposa, que permite un objetivo fundamental. El hecho
de que al salir de la cárcel tiene una razón
de vida para seguir empujando.
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