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CRÓNICAS EN RNE


HISTORIAS MÍNIMAS:

23. Denuncias sobre abusos sexuales contra niñas 6/6/2006



Hace menos de un mes, la ONG Save the children provocaba un efímero revuelo en los medios de comunicación de medio mundo, al denunciar los abusos sexuales contra niñas cometidos en Liberia por cascos azules de Naciones Unidas y personal de varias organizaciones humanitarias. Una vez más, los bomberos actuaban como pirómanos: los civiles y militares encargados de devolver algo de la paz y el bienestar perdidos por las gentes de Liberia a lo largo de quince años de guerra civil, eran acusados de cometer uno de los delitos más vengonzantes contra las criaturas más indefensas de la población que debían proteger. Un escándalo... del que no parece haberse escandalizado casi nadie, al menos entre los gobiernos de los países miembros de la ONU, que corren ciegamente con los gastos de los cascos azules y subvencionan mecánicamente a las organizaciones humanitarias implicadas.

La guerra causó en Liberia un cuarto de millón de muertos y cerca de millón y medio de desplazados. El país quedó arrasado, con todas sus infraestructuras destruidas. Pero, sobre todo, devastado en su tejido social. El abandono de las aldeas, el éxodo forzoso, el terror bélico, separó a las familias, dejó una sociedad desestructurada, herida y enferma, arruinada, desmoralizada y desesperanzada. Sin más horizonte que la sobrevivir hacinadas en los campos de refugiados, esas pobres gentes --cientos de miles de pobres gentes-- son víctimas indefensas para los abusos, laborales o sexuales, de los poderosos hombres de armas de la ONU y los adinerados hombres de la ayuda de las agencias humanitarias de la misma ONU y de las ONG. Las más frágiles son las niñas que viven en los campos de desplazados de Liberia, y que trabajan a cambio de alimentos, muy pequeñas cantidades de dinero u otros favores. Algunas tienen solo ocho años. Y en Liberia es un secreto a voces que los soldados las contratan como criadas, por unos 80 céntimos de euro diarios, y las obligan a satisfacer sus deseos sexuales.

La denuncia hecha por Save the Children en un informe de 20 folios se puede leer en internet, redactado por nueve investigadores que a finales de 2005 entrevistaron a 315 personas, recogiendo sus testimonios. Un trabajo espléndido... si no fuera porque no vale para nada. No puede valer para nada porque no acusa a nadie. Asómbrense ustedes: habla de ONG pero no cita a ninguna. Habla de las fuerzas de la ONU pero no dice qué destacamentos, ni de qué nacionalidades, ni en qué localizaciones geográficas. No aporta ni un sólo dato, ni una sóla pista. Como predicaban los curas que intentaron educarme en mi infancia: se dice el pecado pero no el pecador. Es la mejor manera de quedar bien ante la opinión pública y no ganarse enemigos. Además, ya se sabe que entre bomberos no hay que pisarse la manguera. Acaso porque nadie está libre de pecado y la propia Save the Children fue acusada en marzo de 2002, junto al ACNUR, de esos mismos abusos en otros escenarios de África. En este programa se recogió entonces la denuncia. Pero nunca supimos los nombres de los implicados, ni si habían sido castigados o expulsados de sus organizaciones. Entonces la ONU prometió tomar medidas. Tampoco llegamos a saber cuales.

La cuestión de fondo es quién vigila a los supuestos benefactores internacionales. Y la respuesta es que... ¡Nadie!. Resulta que no los vigila nadie. La policía local no existe o es como si no existiera, implicada en toda clase de corrupciones y tráficos: desde el estraperlo a la trata de blancas. No es una sospecha mía. Me lo dijo en Monrovia --durante mi última visita a Liberia-- una mujer valiente llamada Celhia de Lavarenne: nada menos que la directora de la oficina de policía de las Naciones Unidas. La persona encargada de impedir que los cascos azules y el personal civil de la ONU cometa delitos en Liberia. Pero Celia me contó que disponía tan solo de 5 policías para controlar a más de 60.000 soldados repartidos por todo el país. Eso es guardar las formas y cerrar los ojos.
 

 
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Última actualización:
04-Aug-2006
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